¡¡¡ FELÍZ DÍA DE LA NIÑA MARÍA !!!
Hoy celebramos con gozo, junto a las comunidades educativas, la entrañable fiesta de la Niña María.
Nada nos dice la Sagrada Escritura, sobre la Presentación de María en el Tempo. Los cristianos, sin embargo, deseaban conocer con más detalle la vida de María. Y como los evangelios guardan silencio hasta el momento de la Anunciación, la piedad popular, inspirada en varios pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento, elaboró pronto algunas narraciones sencillas que luego se recogerían en el arte, en la poesía y en la espiritualidad cristiana. Esto es lo que nos dice el Evangelio Apócrifo de Santiago.
«Los meses se sucedían para la niña. Y, cuando llegó a la edad de dos años, Joaquín dijo: "Llevémosla al templo del Señor, para cumplir la promesa que le hemos hecho, no sea que nos la reclame y rechace nuestra ofrenda". Y Ana respondió: "Esperemos al tercer año, a fin de que la niña no nos eche de menos". Y Joaquín repuso: "Esperemos"».
«Cuando la niña llegó a la edad de tres años, Joaquín dijo: "Llamad a las hijas de los hebreos que estén sin mancilla, y que tome cada cual una lámpara, y que estas lámparas se enciendan, para que la niña no vuelva atrás, y para que su corazón no se fije en nada que esté fuera del templo del Señor". Ellas hicieron lo que se les mandaba, hasta el momento en que subieron al templo del Señor. El Sumo Sacerdote recibió a la niña, y, abrazándola, la bendijo, y exclamó: "El Señor ha glorificado tu nombre en todas las generaciones. Y en ti, hasta el último día, el Señor hará ver la redención por Él concedida a los hijos de Israel"».
«E hizo sentarse a la niña en la tercera grada del altar, y el Señor envió su gracia sobre ella, y ella danzó sobre sus pies y toda la casa de Israel la amó».
«Sus padres salieron del templo llenos de admiración, y glorificando al Omnipotente, porque la niña no se había vuelto atrás. Y María permaneció en el templo del Señor, nutriéndose como una paloma, y recibía su alimento de manos de un ángel».
Protoevangelio de Santiago, VII-VIII (Escrito apócrifo del siglo II)